viernes, 23 de noviembre de 2007

Sol

Sol había estado enamorado de Luna desde que él recordaba. Cuando era pequeño, le habían hablado de una niña muy vergonzosa que se iba cuando él salía. Desde aquella misteriosa presentación Sol no había dejado de pensar en su querida desconocida.



Mientras crecía le fueron encomendados sus deberes:
"Serás siempre igual, y cuida de dar más calor en verano que en invierno, entre éstas dos estaciones serás libre de hacer lo que quieras"Así Sol se juntó con las nubes que, de vez en cuando, le rodeaban para contarle nuevas de sitios lejanos.

Un día Sol volvía para casa cuando la vio, o al menos una parte de ella. Sí que estaba contento, había conseguido ver a su amada. Desde entonces descuidó mucho sus tareas pues sólo pensaba en una cosa. Sin embargo, nunca se atrevía a esperarla pues le daba vergüenza, vaya ¡se habían cambiado las tornas!. Por esto, cuando ella salía él la miraba escondido tras las montañas, y después se iba sin hacer ruido.
Los hombres del tiempo andaban locos por aquel entonces, y más cuando las nubes se reunían muy a menudo con sol para contarle cosas de Luna. Pero Sol, no podía aguantar más, necesitaba estar con ella, besarla, abrazarla pero su timidez...
-¡Maldita sea mi timidez!

En esos días, las nubes sirvieron de hombro de apoyo para el pobre muchacho que no paraba de llorar.
En la Tierra se vivieron días de auténtico terror ante las incensantes lluvias torrenciales.

Por fin, en una ocasión, se acercaron unas estrellas amigas de Luna para contarle que ella también lo quería, pero que él parecía huir de ella.
-¿Tan tímido eres? -Preguntó una.
-No...bueno es que no puedo evitarlo...
-Pues Luna dijo que la semana que viene podéis veros antes de que te vayas...
Sol aceptó, claro, pero en esos días rozó el ataque de nervios.
En la Tierra no se habían vivido tiempos de tantísimo calor, "¡El tiempo está loco!" decían unos; "¡El cambio climático!" decían otros.


Llegó el día señalado, Sol se puso lo más elegante posible. Luna apareció doblando la esquina con su vestido de seda más precioso. No hicieron falta palabras. Se acercaron poco a poco y acabaron fundidos en un caluroso beso.
-¡Un eclipse! - Gritaba algún ingenio en la Tierra. ¡Qué manía con ponerle nombres al amor!
Porque aquello fue eso simplemente. La máxima expresión de un amor durante tiempo retenido.
Al terminar, Luna tuvo que partir.
-¿Por qué? - Preguntó Sol entristecido
-Mi sol, ambos tenemos obligaciones que atender...no es posible...
-Pero, yo, sin tí... me apagaré
-No. Yo me apagaré pues yo vivo de tu luz - Sonrió Luna
Entonces Sol comprendió.
-Nos veremos dentro de muchos años, mi Sol. Y con un último beso Luna se despidió. Con alguna lágrima recorriendole la cara Sol alcanzó a gritar:
-¡Te prometo que ninguna noche dejaré de darte luz y calor!
Y con una sonrisa en los labios, Luna desapareció.

Desde entonces Sol vive como puede, algunos días se derrumba y llama a las nubes para desahogarse, pero es fuerte y espera por siempre el día que, cada "muchos años", vuelva a verse con Luna.


Para mi lunita, ¡te kiero princesa! :*

2 comentarios:

Naxete dijo...

Vamos ya rubi tol lagrimote tio eres el crack!! Como me tokas la patata xikitin muaaaak!!

Anónimo dijo...

opino igual q nacho tio, eres el amo, hasta se me ha saltado una lagrimilla macho... q tio, eres increible espero mas de estas, q bonito es el amor y no te importa esperar años como sol a luna si sabes q vendra el/ella...
en fin ruben, q te lo has currao
un beso mu grande